V

EL COMETA DE HALLEY*

*. Al hacerse visible desde Santiago de Chile el Cometa de Halley desde los meses de octubre de 1835 a febrero de 1836, publicó Bello, de su propia redacción, las tres notas que reproducimos seguidamente. Se ocupa del Cometa de Halley, en forma muy sintética, en el capitulo XI, 4, de la Cosmografía. (Comisión Editora. Caracas).

COMETA*

*. Esta nota fue publicada en El Araucano, nº 268, Santiago, 23 de octubre de 1835. Fue reproducida por Miguel Luis Amunátegui Reyes en la Introducción a O. C. XIV, p. XXIX. (Comisión Editora. Caracas).

El cometa de Halley se ve ahora por la noche en Santiago, aunque por su inmediación al sol permanece muy poco tiempo sobre el horizonte. Su tamaño es como el de una estrella de primera magnitud, su luz algo amortiguada, y su cola bastante perceptible, aun a la vista desnuda. Está en el Ophiucus o Serpentario1, poco más o menos a la altura de la estrella Ras Alhagus, y casi toca al ecuador celeste, como a los 254° de ascensión recta.

1. Estos dos nombres designan una misma constelación; ophiucus en griego quiere decir lo mismo que serpentario o el que tiene la serpiente. (Nota de Bello).

Este cometa no ha sido menos célebre en la historia eclesiástica que en la civil. A su retorno periódico en 1456, la Europa estaba asustada con los rápidos progresos de Mahomet II, conquistador de Constantinopla; y el aparecimiento de aquel astro aumentó la consternación general. El Papa Calixto III, que hacía los mayores esfuerzos para reunir las armas de la cristiandad contra los turcos, expidió con este motivo una bula, exhortando a la oración y a la práctica de las buenas obras, y ordenando procesiones públicas, que desarmasen la ira del cielo, si algún desastre amenazaba a los pueblos cristianos; y para advertir que se orase en esta intención, mandó que todos los días se tocasen las campanas al mediodía, concediendo indulgencias a los que recitasen tres veces la oración dominical y la salutación angélica. Tal fue el origen de esta costumbre, que se observa todavía en muchos países católicos. (Fleury, Hist. Eclesiast., L. CXI).

COMETA DE HALLEY*

*. Esta nota se publicó en El Araucano nº 281, Santiago, 22 de enero de 1836. Fue reproducida por Miguel Luis Amunátegui Reyes en la Introducción a O. C. XIV. pp. XXX-XXXI. (Comisión Editora. Caracas).

Este astro, envuelto en los rayos del sol, desapareció de nuestra vista en noviembre. En Europa ha podido vérsele otra vez a fines de diciembre a las 6 de la mañana en el horizonte oriental. Su distancia de la tierra era entonces 190 millones de millas. Pero en el presente mes de enero debe presentarse de nuevo a los habitantes de Chile después de las 3 de la mañana en el hemisferio del Sur. Seguirá apareciendo sobre el horizonte cada día más temprano, y en febrero se le verá poco después de medianoche; en marzo estará visible toda la noche; empezará entonces a alejarse de nosotros rápidamente, y en abril lo perderemos de vista.

Su mayor cercanía a la tierra ha sido en octubre, antes de pasar por el perihelio, o punto de menor distancia al sol, lo que se ha debido verificar en noviembre; circunstancia desfavorable, porque el aspecto más brillante de los cometas es después de su tránsito por el perihelio, y este fenómeno no ha coincidido con la época de su mayor proximidad a la tierra. Si el cometa hubiese adquirido su mayor brillo en octubre cuando distaba de nosotros menos de 23 millones de millas, su aparición en el cielo hubiese sido probablemente más lúcida y magnífica. En su reaparecimiento no puede ser así porque en diciembre se hallaba ya, como hemos dicho, a la distancia de 190 millones de millas, y debe irse alejando más y más de nosotros.

El doctor Fischer de Kornenburg ha publicado un resumen de todas las noticias que se han dado de este cometa desde 1005, y de los fenómenos atmosféricos que se han observado en cada una de sus apariciones; análisis interesante que vamos a compendiar en pocas palabras. En 1005, escasez de frutos y hambre extraordinaria en Europa; en 1080, un terremoto; en 1155, un invierno rigoroso y malas cosechas; en 1230, lluvias e inundaciones (se inundó parte de Frieslandia, y perecieron 100,000 de sus habitantes); en 1304, gran sequedad, y frío intenso en el próximo invierno, seguido de pestilencia; en 1380, un contagio destructivo; en 1456, lluvias, inundaciones y terremotos; en 1531, grandes inundaciones; en 1607, sequedad extremada seguida de un invierno muy rígido; en 1682, inundaciones y terremotos; en 1759, lluvias y ligeros terremotos. A esta lista del doctor Fischer podemos añadir el año pasado de 1835, notable por el gran número de terremotos destructivos. Parece, pues, que este cometa ha producido a veces calor y sequedad, y más frecuentemente lluvias y fríos; si ya no es que sean del todo independientes de su presencia estos fenómenos meteorológicos.

EL COMETA*

*. Esta nota la publicó Bello en El Araucano, nº 236, Santiago, 26 de febrero de 1836. Fué reproducida por Miguel Luis Amunátegui Reyes en la Introducción a O. C. XIV, p. XXXI. (Comisión Editora. Caracas).

Este astro, que se aleja rápidamente de nosotros, se halla ahora a poca distancia del trópico de Capricornio, entre el escudo del Centauro y la extremidad de la cola de Hidra. Su apariencia es la de una nubecilla luminosa, que es cada noche menos perceptible, y dentro de poco no podrá verse, sino con telescopio. Actualmente empieza a levantarse sobre la cordillera a las nueve y media de la noche. (Santiago 22 de febrero).

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